El futuro de la energía renovable se encuentra en la integración de sistemas de almacenamiento solar con redes eléctricas inteligentes. Estas redes, basadas en tecnologías de la información y comunicaciones, permiten monitorear, controlar y optimizar el flujo de energía en tiempo real. Así, contribuyen a mejorar la predictibilidad, distribución y eficiencia del
suministro eléctrico, revolucionando la forma en que operan las instalaciones solares y asegurando un futuro más sostenible para todos.