Aunque la implementación de proyectos eólicos requiere una inversión inicial considerable, los
beneficios económicos a largo plazo son innegables. Los costos operativos de la energía eólica son bajos, lo que se traduce en ahorros significativos en las facturas de energía. Adicionalmente, numerosos gobiernos ofrecen
incentivos fiscales y subvenciones para quienes invierten en energías renovables, lo que puede compensar parte de la inversión inicial y mejorar la rentabilidad de los proyectos.